domingo, 4 de junio de 2017

¿Obligar a leer o motivar a leer?


¿OBLIGAR A LEER O MOTIVAR A LEER?
Como profesora muchas veces me he planteado esta pregunta en mi práctica docente y en la observación como compañera o como madre de alumno, de la práctica de otros.

Creo que para conectar con un libro y en definitiva disfrutarlo, el mejor camino es llegar a él con libertad y con motivación.
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Si has contado con la suerte de tener una familia que desde edades tempranas te ha inculcado el amor por una buena historia, llegas a la escuela y ya estás motivado, porque para ti un cuento o un libro es una aventura en la que quieres participar. Si no te gusta sabes que otros muchos te esperan para sumergirte en sus páginas y dejarte llevar a donde tu imaginación y sus palabras te quieran llevar.

Si eres una persona así es difícil que la escuela, aunque de forma bienintencionada anule tu gusto por la lectura. Pero qué ocurre si no estás en ese caso, te has acostumbrado a mirar de forma pasiva la televisión o a vivir esas aventuras con los juegos de las consolas que te ofrecen adrenalina y recompensa inmediata con el mínimo esfuerzo.  Si tú eres como la mayoría, la escuela es fundamental no para cambiar tus hábitos, pero sí para descubrirte unos nuevos.



En la escuela infantil, los cuentos son los protagonistas de muchas sesiones, en las que los niños aprenden a través de la imagen y de textos cortos que las letras que están aprendiendo a escribir y a leer, tienen un sentido.

En esta etapa la mayoría de maestr@s son cuentacuentos vocacionales y no hay más que ver las caritas de los oyentes para ver que la magia existe. Solo recomendaría que leyeran primero el cuento antes de contarlo y que no se limitaran a leerlo. Al contar un cuento, tenemos que hacerlo nuestro, soltarnos, interpretar y adecuar lo escrito adaptándolo si es necesario. Para ello viene muy bien no leer de corrillo, saber parar, crear expectación, preguntar, reír con los niños, sentirlo. Y si es posible, dejarles después un papel en blanco para  que dibujen y se expresen después de su lectura.

Cuando se pasa a Primaria, la forma de trabajar la lectura hasta ese momento no debería perderse.

Yo huiría de la típica lectura conjunta o individual a la que sigue una obligada ficha de lectura en la que, además de rellenar los datos del autor y del libro, hay demasiadas preguntas de lectura comprensiva o la redacción de un resumen.

La lectura comprensiva ya se trabaja en las lenguas con textos cortos, más idóneos para extraer la información que se requiere.

El hacer un resumen de un libro es algo muy complejo. Se puede trabajar de forma más adecuada en las asignaturas de naturales y sociales, donde los contenidos sí que facilitan la elaboración de esquemas y resúmenes para extraer las ideas principales que se deben estudiar y comprender.

¿Cuál es entonces la forma más idónea de acercar a un lector un libro?

La clave es posibilitar que su lectura sea un placer para nuestr@s alumn@s.

¿Cómo?

*      Creando espacios acogedores.

A casi nadie le gusta estar leyendo formalmente sentado en una silla. En clase podemos dejar que traigan su cojín preferido para sentarse o tumbarse a leer eligiendo el lugar más agradable para ello. Y si es posible ir a leer a la biblioteca del centro para alejar la lectura de la rutina del día a día.

*      Escogiendo el momento.

Las primeras horas de la mañana o la tarde son las mejores. Si dejamos la lectura al final de la mañana o de la jornada, es más que fácil que el nivel de saturación del alumn@ le impida concentrarse y que sea más difícil lograr que el ambiente de silencio y respeto sea el necesario.

*      Saber dosificar los tiempos.

En las lecturas conjuntas, no marcar un tiempo inflexible, saber acortar si se percibe que el interés decae y dejar más tiempo si el argumento se pone interesante y si quieren saber más.

*      Programar actividades motivadoras

Si has programado una ficha intenta que además de los típicos datos del libro, tenga actividades que estimulen su interés y que les hagan pensar, pero de pronta resolución y siempre con la posibilidad de dibujar personajes, situaciones que hayan gustado o copiar la portada.

Puedes hacer preguntas tipo: ¿Recuerdas en qué capítulo?, ¿con qué personaje te sientes identificado?, ¿por qué crees que se enfadó?, ¿cambiarías el final?

No provocas la misma respuesta diciendo escribe un final diferente, que ¿lo   cambiarías?

No es lo mismo decir haz un resumen, que copia tu frase favorita. Si has avisado antes de leer que esa pregunta tenía que contestarla, ya le estás motivando a pensar y a prestar más atención implicándole emocionalmente.

Si son más pequeños haz preguntas de investigar: Encuentra una palabra de cuatro sílabas que empieza por…, descubre que llevaba en el bolsillo el personaje x, ¿a quién se le van a poner los pelos de punta?

Si pones las preguntas al final de la lectura, muchas pasan a ser de lectura comprensiva pero si leen las preguntas antes de empezar a leer y las tienen al lado consigues que sean como detectives buscando pistas.

*      Conseguir que participen en la elección de las lecturas.

Cuando son pequeños pueden disponer en el horario de clase de una sesión donde poder llevar su cuento favorito y contarlo a los demás.

En cursos más elevados se puede preparar entre todos, incluido el maestr@ una lista de libros que desearían leer. Cada uno puede defender su libro elegido y tras la exposición de las propuestas, votar qué libros son los que se van a leer en clase.

*      Favorecer la expresión oral.

Fomentar  la capacidad de expresar una opinión oralmente en un debate o en una sesión donde la conversación pueda guiarse para educar en el respeto por las intervenciones ajenas y para adquirir un espíritu crítico.

Desde bien pequeños podemos enseñarles a argumentar y a motivarles a expresar sus sentimientos y emociones tras la lectura de un libro.

Siempre es más gratificante que escribirla, ya que nos enriquece la posterior polémica o aceptación que puede conllevar al ser escuchado y aprender a escuchar a los demás.

*      Relacionar el área de plástica y la animación lectora.

Cuando leemos nos introducimos en el cerebro de otra persona, atisbamos su forma de pensar, de entender la vida, accedemos a sus fantasías, nos beneficiamos de sus experiencias. También lo hacemos al mirar un cuadro.
La lectura de un cuento  o de un buen libro pueden ser la motivación perfecta para trabajar diferentes técnicas plásticas de forma individual o en grupo. Así la expresión artística cobra un nuevo sentido porque con la lectura hemos vivenciado e imaginado situaciones, paisajes o hechos que ahora se pueden expresar mediante el dibujo el color, el collage…

En definitiva se trataría de no perder de vista un objetivo fundamental.

La lectura tiene que ser en lo posible, siempre un placer y una excusa para dejar volar la imaginación, fomentando la creatividad y la capacidad de expresarse.

Reflexión aparte merece la etapa Secundaria.

Los alumn@s que tienen interés por aprender y sacar buenas notas, ven gradualmente como desaparece su tiempo libre por el aumento de asignaturas y de obligaciones que estas conllevan.

Personas que hasta ahora leían y en el mejor de los casos, devoraban libros, tienen que aparcar sus lecturas para el verano y se encuentran con que han de leer libros obligatorios y después hacer un extenso trabajo sobre ellos o examinarse tras su lectura.

Todo esto sucede en un momento en el que están leyendo más que nunca contenidos y más contenidos. Si tienen la suerte de que su profesor de literatura tiene el don de saber escoger lecturas que les atrapan, la obligación pasa a ser mínima; pero qué ocurre si esto no es así. ¿Estamos consiguiendo objetivos si además, los alumnos más avispados se limitan a bajar de internet uno de los muchos resúmenes o trabajos que pupulan por la red de los libros que hemos programado leer y qué a lo mejor tienen hasta película?

¿Cómo podemos evitarlo?

*      Asegurarte de escoger libros adecuados.

Los libros no solo han de gustarte a ti, tú eres un adulto, tus inquietudes han cambiado. Siempre después de programar la lectura de un libro realiza como mínimo una encuesta de opinión y haz caso de las opiniones mayoritarias.

*      Aprovechar internet.

La mayoría de autores tienen blogs o webs, entonces por qué no acceder a un libro a través de ellos. Nada tan fácil como primero presentar al escritor en vivo y en directo, leer y enviar comentarios, intentar hablar con ellos por messenger o por correo electrónico… En definitiva acercarlo a los alumnos.

Sí vas a trabajar autores ya fallecidos o que no se mueven en las redes, podéis montar vuestro propio blog literario en el que todos puedan participar haciendo reseñas o recomendaciones de forma individual o en grupo. Escribir en la red es siempre más motivador que hacerlo en un examen.



*      Participar en la elección.



No importa si tienen que leer un libro del siglo de oro o uno contemporáneo.
Se puede ofrecer una lista de posibles obras, explicarla, comentarla y que cada uno elija aquel que crea que más le puede gustar.



*      Explicar y facilitar la comprensión de los objetivos que se han de conseguir.



Si han de leer con un aprendizaje más elevado, explica y sitúa el contexto en el que fue escrita la obra, que cambios sociales van a observar, que mentalidad van a encontrar y por qué es diferente a la nuestra; pero sobre todo, que la convierte en única y digna de pertenecer a la historia de la literatura. Qué pretendes con su lectura,  cómo les va a ayudar a entender lo que están estudiando en lengua. Si no corres el riesgo de que les parezca un auténtico y aburrido rollo a la mayoría y más cuando la pobreza de vocabulario de nuestros jóvenes dificulta mucho la comprensión de textos de calidad.



*      Fomenta la expresión oral.



Un buen debate sobre una obra es más eficaz  para saber quién ha leído y quién  no, en realidad el libro. Permite afianzar los objetivos ya trabajados en la primaria y ayuda a crear personas con mentes más abiertas y razonables. Para argumentar has de reflexionar, partiendo de un conocimiento previo, has de saber escuchar y has de aprender a pensar de forma ágil para poder refutar una opinión contraria a la tuya.



*      Fomentar la dramatización



Qué mejor forma de vivir desde dentro un libro que interpretándolo. Cómo disfrutarán los alumn@s más leyendo el Lazarillo de Tormes, ¿leyéndolo o representando por grupos sus mejores actos?



*      Relacionar arte y literatura

Al igual que en Primaria,  plástica y las nuevas tecnologías pueden ser una eficaz forma de expresar lo que un libro es capaz de evocar.

Par finalizar, sigas o no sigas estos consejos u otros, lo importante es que tu animación lectora funcione.

Leyendo se aprende a escribir, se mejora la ortografía, ampliamos nuestra limitada visión del mundo, flexibilizamos nuestra mente, adquirimos espíritu crítico. En definitiva somos más cultos, imaginativos y creativos.

En consecuencia cuál debe ser como docentes nuestro principal objetivo…

Los alumnos tienen que disfrutar leyendo de forma que cuando acaben un libro quieran volver a leer otro.


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